Hoy compartimos con vosotros la cata y las disecciones de
los nuevos bombones con los que Ferrero tuvo a bien obsequiarnos, como os
contábamos en la anterior entrada.
Ferrero Manderly,
con corteza de chocolate blanco y el crujiente barquillo que caracteriza a
Ferrero, relleno de suave crema y corazón de almendra. Por este motivo, el
corte no ha sido tan limpio como habría sido deseable.
Ferrero Tenderly
White, de nuevo chocolate blanco, pero esta vez con corazón de avellana. La
ausencia del caparazón de barquillo en este caso lo hace más dúctil.
Ferrero Tenderly
Nougat, similar al anterior, pero de chocolate con leche y relleno de crema
de turrón. Al catarlo apreciaba cierto sabor a miel, y no iba desencaminado.
Ferrero Rocher, el
clásico bombón de Ferrero que todos conocemos, con su cobertura de chocolate
con avellanas y barquillo, y su interior relleno de una crema cuyo sabor
recuerda al de la Nutella. No es casualidad, pues Nutella forma parte del Grupo
Ferrero.
Ferrero Cappuccino,
la versión ‘cafetera’ de los bombones Ferrero. La accidentada disección, sin
proponérnoslo nos ha servido para apreciar mejor las diferentes capas que lo
forman.
Y por último,
Ferrero Rondnoir,
con relleno de chocolate negro como su nombre sugiere, y de nuevo un corazón de
avellana con el que el instrumento cortante ha tropezado al realizar la
disección.
No sé a vosotr@s, pero al escribir esta entrada me han
entrado ganas de ir al supermercado a por una caja de Ferrero, no importa de
qué variedad sean. :)